Nos encontramos inmersos en un panorama industrial que tiende a la producción globalizada. Los servicios que oferta una empresa abarcan cada vez más terreno internacional, poseyendo, en algunos casos, varias delegaciones repartidas por el globo. También existen con más frecuencia vínculos con clientes, proveedores y vendedores de otros países.
Este nuevo paradigma provoca la expatriación de varios ejecutivos, equipos que se disponen de forma virtual y trabajadores con un jefe en otro país, lo que ha alterado la forma en la que se desarrolla la función de la gestión de los recursos humanos.
Si la empresa se ocupa de la exportación y la importación de productos y servicios, el departamento de recursos humanos tendrá que regular todo lo relacionado con los viajes y las políticas entre fronteras. También se puede dar el caso de que sea una empresa que se ha expandido a varios países y ha decidido abrir delegaciones en ellos, lo que supone un mayor esfuerzo en la inversión de recursos para poder regular y estandarizar la gestión.
En este caso puede darse la circunstancia de que haya un choque entre la cultura corporativa y las costumbres locales de donde está situada la filial, por lo que se requiere un despliegue de medios a una escala mayor, dirigida por profesionales capaces de adaptar los procedimientos de cada país a las regulaciones locales.
Un personal capacitado es vital para competir en el mercado internacional
Ante esta expansión de las empresas, los profesionales encargados de gestionar los recursos humanos tienen un papel importante en la evaluación de las capacidades del personal para poder competir en un mercado sin fronteras. Se valora especialmente la capacidad del trabajador para poder hablar varios idiomas, así como la facilidad de adaptación a varias culturas e ideologías que posea.
Empresas que operen en ámbito internacional, requieren de la mayor eficacia y productividad a la hora de realizar los procedimientos con los que se estructura y organiza. La delegación de recursos humanos, como acabamos de ver, tiene un papel fundamental en el éxito del crecimiento de la empresa. Sin embargo conlleva una contrapartida obvia: el gasto de la empresa en material, equipo, tiempo y personal.
Una solución con la que cuentan cada vez más empresas es la externalización de los procesos de trabajo u outsourcing. De esta forma consiguen la profesionalidad de especialistas en materias concretas, además de software específicamente diseñado para cumplir con los objetivos de rendimiento y productividad. Grupo Castilla ofrece estas soluciones de software que destacan por su alto grado en especialización y flexibilidad. Podéis informaros aquí.